Entrevista a Francisco Franco

Un agujero se abre en el continuum espacio temporal, comunicando mi salón comedor con el más allá. La entropía se ordena. Ante mí se despliega El Otro Lado.

JOSE: Hola, ¿podría hablar con Francisco Franco?

FRANCO: Sí, soy yo. ¿Con quién hablo?

J: Me llamo Jose, me gustaría hacerle una entrevista.

F: Jose. ¿Es usted español?

J: Sí.

F: ¡Bien! ¡Arriba los españoles! ¡Arriba España!

J: Sí, bueno. Lo primero… No se ofenda, pero me gustaría saber dónde se encuentra usted.

F: No me ofendo. Ofenderse es de rojos, masones y maricones. Los españoles no se ofenden. Como mucho se azoran, pero jamás se ofenden. Y me encuentro en el cielo, por supuesto. La gente buena va al cielo, ¿no lo sabe usted?

J: Sí, lo sé, pero…

F: La gente buena va al cielo, y los rojos, los masones y los maricones van al infierno. Ah, y los franceses.

J: ¿Y los dictadores no?

Se hace un silencio. La tensión flota entre dos realidades, el éter se tensa. Espero que los vecinos no le digan nada al casero porque en el contrato de alquiler figura expresamente la prohibición de tensar el éter a partir de las diez de la noche.

Mi entrevistado se pronuncia por fin:

F: Dictar no es un pecado. Jesús dictaba. Decía: Pedro, ven para aquí, Pablo, vete para allá. Dictar es amar.

J: Ya. Dígame, ¿sigue los avances de España desde el cielo?

F: Si con avances te refieres a que las rojas puedan abortar por la calle, sí, los sigo.

La entrevista completa, en Orsai 9.

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