Entrevista exclusiva a Gallardón

Fuente: La Moncloa

JOSE: Ministro, muchas gracias por recibirme.

GALLARDÓN: Es por el tema éste de los fetos, ¿verdad?

J: ¿Cómo?

G: Esta entrevista. Es por lo de los fetos.

J: Eh… Bueno, sí, la verdad es que me gustaría hablar de eso.

G: Ya, bueno, verás, eso ha sido un terrible error de comunicación. Me expliqué mal.

J: ¿Sí?

G: Muy mal. Fatal. La gente cree que esta ley se me ha ocurrido así de pronto, que hice chas y me la inventé. Pero no.

J: ¿No?

G: No. A mí esta ley me la ha dictado Dios en persona.

J: ¿Dios, sí?

G: Sí. Verás, se me apareció en la ducha. Él no. Yo, yo estaba en la ducha. Él apareció flotando encima del bidé. No cabía, claro, porque el techo de mi baño no es muy alto, así que se me apareció medio encorvado. Majestuoso, pero encorvado, no sé si me entiendes.

J: Sí, sí.

G: Y, claro, yo supe que era Él nada más verle, porque vivo solo con mi mujer, y mi mujer no era. Tampoco podía ser uno de esos moros que te entran en casa para robarte los ordenadores porque flotaba un poco sobre el bidé, y los moros no flotan, por lo menos en España. Yo me azoré, claro, porque estaba en pelotas. Me tapé las partes con el Avena Kinesia. Afortunadamente, compramos el tamaño familiar, porque tengo unos testículos realmente notorios.

J: Eso dicen.

G: Bueno, el hecho es que el Creador me señaló como buenamente pudo, porque no es fácil señalar a alguien cuando estás encorvado, ¿verdad?, y me dijo: “ojito con las rojaaaas”. Y su voz sonó como un trueno, ¿sabe?, como si, en medio de una tormenta, el cielo dijese: “cuidado con las rojaaaas” Así, como con muchas as.

J: Ya.

G: Rojaaaas.

J: Ya, ya.

G: Yo le dije algo así como “Señor, no soy digno de que flotes sobre mi bidé, pero me complacería una explicación ulterior sobre el aspecto antes mencionado”. Porque yo, cuando me pongo nervioso, hablo en lenguaje jurídico-administrativo. No veas en mi boda la que monté. La gente creía que era un notario que pasaba por allí. Total, que Él me miró muy serio y me dijo: “son unas marranaaaas”. Otra vez con muchas as. “Marranaaaas”.

J: Ya.

G: Y yo le dije: “Señor”, le dije, “de verdad que no le entiendo”. Y me dijo: “Bueno, pues sécate y te espero en la cocina”. Y desapareció. Flus. Sin más. Como vino, se fue. Así que me sequé, me cubrí con la toalla y fui a la cocina. Y, en efecto, ahí estaba Él, el Supremo Creador del Universo en todo su esplendor, tomando un café con leche. No tuve ninguna duda de que era Dios porque su sabiduría era infinita.

J: ¿Sí? ¿Y cómo supo eso?

G: Porque señaló el cartón de leche y me dijo: “Alberto, la leche con Omega 3 es una estafa. Le ponen eso para cobrarte más. Si quieres Omega 3, cómete una sardina, que para eso las creé”. Desde entonces, como muchísimas sardinas.

J: Entiendo.

G: Luego dio un trago al café y me dijo: “Mira, Alberto, tienes que parar el tema ese de los abortos. No os di libre albedrío para que cada uno hiciese lo que le salga de las pelotas. He hablado con Alá, y a él no le pasan estas cosas. ¿Y por qué? Porque le toman en serio. A mí, sin embargo, me tomáis por el pito de un sereno.” ¿Y qué puedo hacer yo?, oh Creador, le pregunté.

J: Normal.

G: Claro, normal, sí. Y Él me dijo: “Ilegaliza a todas las mujeres”.

J: ¿Eso le dijo?

G: Eso me dijo: ilegaliza a todas las mujeres. Y yo le dije que ésa sería una medida muy impopular, y que podría hacernos perder la mayoría absoluta. Entonces Dios dio un trago a su café, lo reconsideró y me dijo: “Bueno, pues ilegalízalas a todas menos a las rubias que lleven pendientes de perlas, que son de las nuestras”. Y, con estas palabras, se evaporó. No he limpiado su taza desde entonces. Cuando alguien intenta usarla, le digo: “¡No!, ésa es para nuestro señor Jesucristo!” Ya tiene hongos. ¿Pero acaso no son los hongos criaturas de Dios?

J: Sí, supongo. Pero, oiga, usted no ha hecho lo que Dios le dijo.

G: Todavía. La comisión ejecutiva del partido ha decidido que es mejor ir paso a paso. A Mariano le pareció excesivo ilegalizar al 90% de las mujeres al mismo tiempo que subíamos el recibo de la luz. De momento hemos lanzado el globo sonda éste de los fetos. Esperamos poder implementar la medida íntegramente en 2015. Por fin los españoles podrán salir a tomar una cerveza sin el miedo a caer en la tentación carnal.

J: Ya era hora. Ministro, muchas gracias por recibirme.

G: Un placer.

6 comentarios

  • De un tiempo a esta parte encuentro menos relevantes esta clase de piezas satíricas. Creo que no aportan nada al debate, ni consiguen nada más que atención hacia el autor. Quien entra aquí a leer ya opina lo mismo que el autor, y el autor no aporta nada nuevo, con lo cual entramos en un círculo vicioso.

    Vaya por delante que estoy tan en contra de la ley del aborto como cualquier lector de este blog, pero estas piezas poniendo burradas en boca de gente de derechas cada vez me aburren más. Será que me hago viejo. Un saludo.

  • «Tampoco podía ser uno de esos moros que te entran en casa para robarte los ordenadores porque flotaba un poco sobre el bidé, y los moros no flotan, por lo menos en España».

    El final de frase más bruto que he leido en mucho tiempo. Qué jartá de reir.

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